Pasarán varios días…

Pasaron varios siglos sin que el hombre descubriera
que vivía a su manera el electrón.
Estaba en todas partes y no estaba en ningún sitio
por aquello de la indeterminación.

Vivía para siempre enamorado
de un próximo y pesado nucleón.
Jamás los vieron juntos en la Tierra,
la Luna o el Sol.

Qué triste es ser electrón,
vivir en una nube,
el electrón se aburre por definición.

Después de una cena de nochebuena consistente en antibióticos y paracetamol y dos días de cama, volvemos al curro para quedarnos sin portátiles el viernes por la noche. Parece que los planetas se alinean otra vez para que nos tomemos un descanso obligado en el curro, así que tocará disfrutar del tiempo libre en otra parte que no sea un montón de líneas de código…
Siempre nos quedarán los sobremesas, los paseos y los papa noeles ahorcados en los balcones. ¿Por qué nadie patentará unas luces de navidad que se alimenten con paneles solares? Un cacharro al que está todo el día dándole el sol, ¿por qué tiene que estar toda la noche consumiendo electricidad?
A aburrirse, por definición.

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