No entiendo qué es lo que impulsa a los críos de toda España a irse a las tiendas de los chinos en manada para rescatar del olvido un juego tan sumamente simple, acostumbrados como estan a pantallitas táctiles y a entornos gráficos con millones de polígonos…
Que no se entienda que esté en contra de los juegos tradicionales, todo lo contrario. Me encanta ver que una mente ágil, en formación, puede encontrar un reto en hacer bailar un trompo, echarle la cuerda y subírselo a la mano.
Eso sí, lo que me jode, y rematadamente, es que las hagan de plástico. Y que valgan ¡más de 3 euros!
En serio, cada vez que presencio el resurgir de uno de éstos juguetes, y como se inculca la moda, echo a temblar. Es la viva imagen del una necesidad irracional moviendo mercado, por el simple hecho de desear lo del prójimo. Y luego nos echamos las manos a la cabeza, por el capitalismo, y por la CRAISIS que, como todos sabemos ( y no queremos reconocer ), acabará cuando dejen de nombrarla en la tele…
La imagen peoncística es de la Wikipedia
Y la mala leche viene a cuento de 13 horas al día fuera de casa. Las mismas que mi socio se pega delante de la pantalla deseando salir de la suya…