César Alierta no solo es el presidente de una de las mayores empresas españolas: Telefónica. No, además es el dueño de la bocaza más grande de España y de la vergüenza más reducida. Tras meter la pata en el pasado diciendo que debería cobrar a los proveedores de contenido y a los consumidores de contenido por usar sus redes, ahora no teme decir sandeces tales como:
Telefónica «estaría quebrada» sin los ajustes (El País, 19/5/2011)
Se queda tan ancho y justifica con ello el despido de 6000 empleados.
Y lo más triste es que, o tiene poca memoria, o mucha cara, o las dos cosas, porque manda cojones que una sola persona se lleve más dinero que los 6000 empleados a los que va a despedir:
El presidente de Telefónica cobró 8,6 millones en efectivo y acciones en 2010 (El País, 17/05/2011 – Dos dias antes!!!)
Si tan mal le va a la empresa ¿Cómo gana él tanto dinero? Porque es un listo. Y nosotros, que lo permitimos, unos estúpidos.