es un órgano extremadamente complejo, formado por neuronas interconectadas entre sí de forma muy intrincada. No es como un procesador, no es binario, no suma ni resta, y almacena y procesa la información de una forma que todavía no podemos imaginar. Pero llegaremos a comprenderlo, y daremos el siguiente paso en la evolución: máquinas que piensan.
Ése es el resumen de un libro que leí hace un par de años, escrito por Hans Moravec, que habla de las neuronas, de la evolución de los robots, de la inteligencia artificial y de la inteligencia natural. Hay gente que sostiene que, cuando lleguemos a comprender todo, el Universo implotará y se reorganizará de otra forma, que no se puede llegar a la Gnosis «completa». Pero de momento el primer Gran Enigma ( cómo funcionamos ) está a punto de ser resuelto, y probablemente somos la generación en la que toque vivirlo.
Todo esto viene porque acabo de leer en Microsiervos que, según Raymond Kurzweil, el diseño del cerebro ocupa unos 20 Mb de nuestro genoma (que tenía entendido que almacenaba unos 3 Gb de información). Descifrando esos 20 Mb y combinándolos, se puede obtener la receta de un cerebro en blanco… que más tarde almacenará hasta 20 Tb de datos.
Ya queda poco para poder «descargar» tu cerebro en una máquina, o para hacer máquinas que aprendan, actúen, piensen y sientan de manera que no haya diferencia entre un humano y ellas. Existirá Inteligencia Artificial cuando no seamos capaces de distinguir entre un ser humano y un programa de computadora en una conversación a ciegas, dice la Prueba de Turing.
¿Lo veremos? Quizá está mas cerca de lo que pensamos. Aléjate del ordenador y mira cómo cambia la imágen de Einstein de más arriba…